viernes, 29 de junio de 2007

Escritores, Chicas y Noches Tristes

Las personas le resultaban extrañas, por lo general. Todo lo que había hecho en su vida era escribir; año tras otro, mes tras mes.
Las personas le resultaban extrañas. Tan afectadas por la realidad, con muchos horarios y pocos feriados. Él sólo había escrito: año tras otro, mes tras mes.
Las personas quizás lo supiesen, pero no dejaban de extrañarse por eso.
Él construía mundos paralelos, prisiones y fugas por doquier, en un constante entrar y salir.
Las personas tomaban y la música sonaba. Una chica lo miró por algún motivo. Parecía muy joven, sus ojos vagaban en la soledad.
–¿Nos vemos después? –le preguntó él–. Más tarde, en esta vida, ¿quizás?
–Claro –dijo ella, luego de dudar un rato. Él le sonrió–. Creo que te quiero.
–Yo no puedo hacer nada por ti, sólo sé escribir.
–Por eso te quiero.
* * *

Tu mirada se parte en dos en el espejo
...en el mar.
Una noche que acaba: estrellas
que no iluminan un lugar a donde ir
en un desierto pavimentado
...horas, tiempo: un viejo cassette de Spineta clavado en la sien
Cuando pase la tormenta al alba.
Con tu cabello cayendo sobre mis piernas.

2 comentarios:

alberto zelada garcía dijo...

spineta.. espero q todos haan escuchaod algo del flaco

Flúa dijo...

me gusta.
te debo una charla.